Rafael Llamazares y Joaquín Torres fundaron su propio estudio de arquitectura conocido como A-Cero. Al principio, los dos arquitectos admiran los clásicos Le Corbousier y Mies, pero durante su carrera se han sentido especialmente atraídos por la arquitectura minimalista de John Pawson de los maestros españoles Ignacio Vincens y José Antonio Ramos. Después de diseñar su propio estudio, emprendieron un pequeño proyecto: la construcción del pub “Casa Pilar”, un ambicioso proyecto caracterizado por mucho equilibrio. El éxito fue inmediato: a este proyecto le siguió el diseño de la casa de Juan Torres y de La Finca de Somosaguas, donde se ha creado un terreno único para la construcción de 180 viviendas. La inspiración de A-Cero proviene directamente del universo formal de la gran escultura contemporánea. A-Cero crea geometrías arquitectónicas a través de un proceso complicado que conduce desde el purismo de Le Corbusier hasta destellos curvilíneos, típicos de Zaha Hadid. Curvas y esquinas extremas caracterizan tanto las estructuras arquitectónicas como el mobiliario de diseño de interiores de A-Cero. La clave de su éxito es mantener la idea durante todo el proceso, desde el inicio hasta la fase de gestión del proyecto, analizando cada detalle. Por esta razón, el “por qué” es tan importante como el “cómo”. A-Cero vive actualmente un importante proceso de internacionalización, con colaboraciones en Europa, Emiratos Árabes Unidos, Líbano, Rusia, Arabia Saudita y EE.UU.